Repito el primer verso
y corrijo la palabra:
"Puse la mesa para seis..."
y del séptimo te olvidaste.
Tristes están los seis,
llueve sobre sus rostros.
¿Como pudiste, en esa mesa
del séptimo — de la séptima olvidarte?
Tus invitados están tristes,
y las vasijas de cristal sin vida.
Tristes ellos, triste vos,
y más la que no fue llamada.
Sin alegría, sin brillo,
Ah! No comen y no beben.
— Cómo pudiste el número olvidar
— Cómo pudiste equivocarte en la cuenta
Cómo te atreviste a no entender
que seis - los dos hermanos y el tercero vos,
con la mujer y con los padres —,
son siete — si yo existo!
Pusiste la mesa para seis,
pero a seis no se reduce el mundo.
Espantar a los vivos es inútil,
quiero ser fantasma con los tuyos.
(Con los míos...)
Miedosa como el ladrón,
sin rozar alma alguna.
Frente a los cubiertos que no fueron puestos
me siento, la séptima, la olvidada.
Volqué el vaso
y todo lo que ansiaba derramarse:
sal de los ojos, sangre de las heridas,
cayendo del mantel al suelo.
Féretro — no hay!
Las separaciones - ya no existen!
La mesa se exorcizó y la casa está despierta.
Como la muerte para un banquete de bodas,
soy la vida que llega para la cena.
Nadie: ni hermano, ni hijo, ni marido,
ni siquiera amigo pero te reprocho,
pusiste la mesa para seis almas,
sin sentarme en el borde.
Меловой да соляной
Твой Славянск родной,
Надоело быть одной —
Посиди со мной…
Стол накрыт на шестерых —
Розы да хрусталь…
А среди гостей моих —
Горе да печаль.
И со мною мой отец,
И со мною брат.
Час проходит. Наконец
У дверей стучат.
Как двенадцать лет назад,
Холодна́ рука,
И немодные шумят
Синие шелка́.
И вино поёт из тьмы,
И звенит стекло:
«Как тебя любили мы,
Сколько лет прошло!»
Улыбнётся мне отец,
Брат нальёт вина,
Даст мне руку без колец,
Скажет мне она:
«Каблучки мои в пыли,
Выцвела коса,
И звучат из-под земли
Наши голоса.»