Aleksandr Púshkin
Demonios

Corren las nubes, se tuercen;
Luna invisible
Ilumina nieve que vuela;
Cielo turbio, noche encapotada.
Voy, voy por el campo abierto;
Campanillas ding-dong-dang…
¡Terrible, terriblemente a la fuerza
Entre llanuras desconocidas!”

¡Hey, vamos, cochero!” — “No es posible:
A los caballos, mi señor, es difícil;
La nevasca se me pega a los ojos;
Todos los caminos están cubiertos;
De ninguna manera, el rastro no aparece;
Estamos perdidos. ¿Qué haremos?
Por el campo nos lleva el diablo, parece,
Dando vueltas a los lados.

Mira: aquí, acá él juega,
Sopla, escupe hacia mí;
Aquí — ahora empuja al barranco
Al caballo enloquecido;
Ahí, por verstas enormes
Él se para frente a mí;
Allí encendió una pequeña chispa
Y se perdió en penumbra vacía.”

Corren las nubes, se tuercen;
Luna invisible
Ilumina la nieve que vuela;
Cielo turbio, noche encapotada.
Fuerzas no alcanzan más;
Campanilla se detuvo bruscamente;
Los caballos se detienen…
“¿Qué está ahí en el campo? ” —
“¿Quién lo sabe? ¿Tocón o lobo?

“La tormenta se enfurece, la nevasca está llorando;
Caballos temerosos bufan;
­Ahí está él, salta lejos;
Sólo sus ojos resplandecen en la neblina;
Los caballos de nuevo se sujetan;
Campanillas ding-dong-dang…
Veo: los espíritus se juntan
En medio de las llanuras blancas.

Interminable, horrible,
En el juego turbio de la luna
Se arremolinan muchos demonios,
Como hojas en Noviembre …
¿Cuántos de ellos? ¿A dónde los expulsaron?
¿Qué es ese cantar lastimero?
¿Acaso entierran ataúd,
O una bruja se queja por casarse?

Corren las nubes, se tuercen;
Luna invisible
Ilumina la nieve que vuela;
Cielo turbio, noche encapotada.
Corren diablos en enjambre
En el cielo ilimitado;
Alaridos horrendos y aullidos
Me desgarran el corazón…

Traducido por José Luis Gómez Serrano